En nuestro país, el comercio en línea se desarrolló de manera acelerada; sin embargo, la pandemia sanitaria y el confinamiento forzoso son factores sociales que impulsaron esta opción de compraventa entre los consumidores.

La emergencia requiere acciones rápidas y efectivas. Ejemplo de ello ha sido el incremento de la demanda de hospitales en el mundo para atender a las personas infectadas por el COVID-19; en este caso, la respuesta rápida ha venido por parte de los productores de acero.

Un informe publicado por Allied Market Research, señaló que el mercado global de herramientas de energía eléctrica representó 22,290 millones de dólares en 2018. Ante el avance que se registra, se prospecta un alcance de 37,140 millones para 2026, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 6.7% de 2019 a 2026.

Aplicar tecnología LED en la manufactura de luminarios permite disminuir el impacto del consumo energético en el medio ambiente. Diversos estudios revelan que su uso reduce el calentamiento global, la emisión de gases invernadero y la huella de carbono.

Sin duda, la pandemia del coronavirus vino a alterar la vida económica, social y cultural de las naciones. En lo económico, destacan los retos y aprendizajes que los emprendedores tienen ante sí.

La disminución de actividades humanas, derivada del confinamiento provocado por el COVID-19, ha propiciado que la naturaleza se recupere y se exprese en fenómenos como la bioluminiscencia.

Además de la pandemia de COVID-19, el mundo debe lidiar con la propagación de noticias falsas que circulan en las redes sociales y algunos medios de comunicación tradicionales, generando un impacto adverso para enfrentar la situación, así lo afirmó Luis Ángel Hurtado, profesor-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.

GICSA, desarrolladora de centros comerciales como Fórum Buenavista, Explanada Puebla, Pa-seo Interlomas y La Isla Mérida, abrió un nuevo canal de distribución junto a Rappi para crear los primeros centros comerciales virtuales del país.

La tecnología se desarrolla en aspectos sociales, como comunicaciones, salud, educación, producción, comercio, transporte, y vivienda. Su uso facilita el desarrollo de ciudades inteligentes y resilientes; por ello, las aplicaciones son el medio idóneo para que sus habitantes conozcan las herramientas que se ofrecen para resolver diversos asuntos cotidianos, de emergencia, etcétera.

En la “nueva normalidad”, los cubrebocas serán un accesorio más para la gente en el transporte, centros de trabajo y educativos, así como lugares de esparcimiento por, al menos, varios meses más.