En el futuro próximo veremos una era de fábricas inteligentes que integrarán lo físico con lo virtual, donde los fabricantes y máquinas compartirán información con la cadena de suministro, y los procesos podrán ser optimizados automáticamente y autoconfigurables; además, de usar IA para completar tareas basadas en flujos de trabajo complejos.
Todo implica la necesidad de disponer de sistemas que operen y gestionen la información de banda ancha y las infraestructuras para las tecnologías de la información, así como los edificios y los sistemas de tráfico. Se trata de Internet como base de interconexión y las implicaciones que esto supone, en cuanto a la facilidad de acceso a la información, la identidad digital, privacidad, seguridad, etcétera.
México, la 16ª economía del mundo, se ubicó al cierre de 2020 en el lugar 55 del índice global de innovación debido a su rezago tecnológico y poco valor agregado, de acuerdo con el Instituto para el Desarrollo y Crecimiento Económico (IDIC) que, además, señala que nuestro país no está preparado para la 4ª Revolución Industrial debido a la ausencia y deficiencias que enfrenta la política del sector fabril.